Ninguna escalera parece llevarme ahora hasta el lugar donde tú habitas, quedé en medio del camino mirando tus palabras golpearse contra los faros.
Ni siquiera tu aullido fue capáz de alejarme, seguiré mirando el horizonte, sin saber si aún podré encontrarme dentro de tus ojos.
Recorro ese puerto nostálgico, anhelando tropezar contigo en cada esquina, en cada canción que tu voz golpea contra las rocas.
Una metáfora inconclusa me persigue y me hiere, como en un espejo donde tú me miras eternamente, empañado por alguna lágrima que cayó desde mí.
Cada palabra que dijiste sigue haciendo en mí poesía... nada es olvido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario