jueves, 29 de julio de 2010

El arte de dibujarte...

En algún lecho, una mujer contempla, a la luz del fuego, el perfil de su amante dormido.
En la pared, se refleja su sombra.
El amante, que yace a su lado, se irá. Al amanecer se irá a la guerra, se irá a la muerte. Y también la sombra, su compañera de viaje, se irá con él y con él morirá.
Es de noche todavía. La mujer recoge un tizón entre las brasas y dibuja, en la pared, el contorno de la sombra.
Esos trazos no se irán.
No la abrazarán, y ella lo sabe. Pero no se irán.
Déjame dibujarte permite que mis torpes manos recorran tu rostro reconociendo asombradas y divertidas cada trazo, cada línea, déjame pintarte a mi medida mezclando pincel y beso así al descuido apresuradamente salpicando el piso entre risas y asombro entre gravedades y tormentas entre luces y abismos déjame eternizar este instante sin conjuros ni promesas sin más fiesta que tenerte déjame eternizar este instante.

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