martes, 31 de agosto de 2010

La Verdad.



Cierta vez, un sultán decidió que podía obligar a la gente a decir la verdad. Como se entraba a su ciudad por un puente, hizo construir un patíbulo sobre el mismo y colgar un cartel que decía: Todos serán interrogados. Si dicen la verdad, se les permitirá entrar. Si mienten, serán colgados. Cuando, al amanecer del día siguiente, fueron abiertas las puertas, el capitán de la guardia se apostó allí con un escuadrón de tropas, para examinar a todo el que entraba.
Al llegar el turno de Nasrudín, le preguntó:
- ¿Adónde va?
- Voy camino a ser colgado - dijo Nasrudín tranquilamente.
- ¡No le creo! - exclamó el capitán.
- Muy bien, si he mentido, ¡cuélgueme!
- Pero si lo cuelgo por haber mentido, habré hecho que lo que usted dijo sea cierto.
- Así es. Ahora sabe lo que es la verdad.

(Cuento de la tradición sufí)

Desde la mirada ontológica la verdad no existe y solo habla de la mirada de cada uno.
Cuando buscamos la verdad, en el fondo lo que queremos es controlar que el otro piense de la misma manera que pensamos nosotros sobre esa tema. Yo puedo hablar desde lo que es mi punto de vista, y con esto permito que tu tengas una mirada diferente o puedo decir la verdad es... y entonces pretendo que para ti sea lo mismo que para mí. Podrás pensar que la diferencia es muy sutil pero marca una diferencia muy grande en el que escucha. No necesita defenderse porque tiene un lugar para entrar en la conversación con una mirada diferente.

Desde mi punto de vista... A mí me parece... Como yo lo veo... Yo creo... Yo considero...
Y seguramente podríamos encontrar muchas más formas de discutir algo dejando lugar a que el otro piense diferente y tenga una mirada distinta sobre las cosas.

"Cree a aquellos que buscan la verdad; duda de aquellos que la han encontrado."

No hay comentarios: