sábado, 27 de noviembre de 2010

Me refugio en el silencio para lamer mis heridas...

Me levanto y a los dos minutos de ponerme en pié, comienzo a sentir temblores a lo largo de todo el cuerpo. Cuando les prestó atención aumentan el tono, aceleran el ritmo. Siento la garganta seca, en cada deglución mil alfileres se entierran en la voz. No es agua la que necesito, no es aire ni miel con limón. No es dormir.
Entre las palpitaciones de este gran corazón colectivo intento mantenerme cómo el ser humano que se supone que he sido y que ya, se me dificulta reconocer.
Mis brazos se cansan tomados del soporte mientras pasan estaciones, no deseo sentarme aunque mis rodillas aflojan y de pronto siento que los músculos ceder a la gravedad
Desde hace algunos días la linfa, la sangre y el hígado han comenzado a pesar demasiado. Para descargarse, mi organismo ha descubierto un método de drenaje dejando fluir lágrimas. No lloro, es sólo una manera de descargar la presión interna.

Me refugio en el silencio para lamer mis heridas y cómo recurso de defensa. No es un lugar lujoso ni muy grande, posee infinidad de recovecos desde donde surgen palabras que no logro entender, otras que siempre han sobrado y preguntas con aguijones.
Pulula una frase que se acomoda rápidamente luego de cada punto aparte, de cada ángel que pasa. “Así es la vida". Sentencia muy obvia por cierto, demasiado simple, es cómo decir" Así es el aire", "Así es el sol”. Surge, cuando da cero después del análisis. Cuando la mente gira en espiral y queda mareada o cuando en el laberinto, no encontramos la salida y necesitamos salir de alguna manera, huir, porque la urgencia de sentir unas cuántas viseras en posición, se hace urgente, a veces vital.
Desde hace tiempo transitar por esta " Así es la vida" se me hace difícil.
Me exasperan las palabras que estando en el diccionario, son usadas con otros significados, decepcionan las mentes sin recuerdos, la boca que no sabe agradecer ni perdonar, el placer de destruir por venganza. Así es la vida?

Creo ser un elemento extraño en esta línea de tiempo. Caí no sé de qué parte hasta este lugar, donde inserta en una máquina de moler paz, ya han molido la mitad de la palabra. Quizás me salté un nivel y debería estar entre nebulosas, o formar parte del reino mineral.

No me van las conciencias virulentas, aquellas que engañan a los núcleos, doblegándolos con ardides a producir para ellas y luego sin reparo destruirles
Atacado varias veces por estos bichos, he sobrevivido, pero también así, cada batalla a cobrado una parte de mí., de tal manera, cada vez .voy quedando más débil.
Tengo alojado desde hace mucho un virus consciente, el piensa, actúa, utiliza estrategias, es poderoso porque tiene apariencia normal, inofensiva, casi intachable. Me tomó por sorpresa y le entregué mi vientre, gran parte de mi vida, le creí, trabajé con y para él hasta que conocí su rostro.
Lejos pero cerca, lucha por terminar de aniquilarme, siento su veneno efectivo correr por mis venas y ya es tarde para sacarlo. Se alimenta de mi debilidad. Cada mañana mi respiración me pregunta yo la miro y callo, ya no miro al espejo, Todo continuará en aparente orden en el hormiguero, ha vuelto a poner sus ojos en mis sueños, mi cabeza extraña la caricia, los dedos se me enredan cuando intento escribir, la mente suma nudos ciegos, los huesos se doblan mientras todo se aleja.

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